sábado, 30 de mayo de 2015

Acomodación

Otto Dix: Suleika, el prodigio tatuado (1920)


Cuando no sopla el viento, incluso la veleta tiene carácter.
(Stanislaw Jerzy Lec)


martes, 26 de mayo de 2015

Carta

Habitación de hotel by E. Hopper
Carta
A ti, que serás siempre La Ignorada,
a ti, que llegaste a quién sabe qué lugar
cuando yo acababa, ay, de salir de él,
o perdiste aquel tren, no sé cuál, que te hubiera traído
al centro de mi vida,
o estabas en un banco de algún parque
un día que yo no quise pasear entre las hojas verlenianas,
a ti,
por la chacarera de tu mirada que nunca he visto,
por ese corazón que desconozco y es como una playa de setiembre,
a ti, por todo lo que me habría obligado a amarte,
a ti, que me habrías amado hasta nunca,
que ahora puedes estar llorando
en la luz fría de una habitación de hotel,
o con tus hijos en el British Museum,
o ver el arco iris en una telaraña,
o piensas en mí sin saber que soy yo,
a ti, retrospectiva, condicional, perdida,
dondequiera que estés,
                                                este poema.


Miguel D'Ors: Curso superior de ignorancia. 1987.

lunes, 18 de mayo de 2015

Aire interesante




―¿Y has vuelto a quedar con el chico del aire interesante?
―No.
―¿Y eso?
― Sólo era aire.

Uol

miércoles, 13 de mayo de 2015

Resolución



Para salvar la relación, tuvo que decidir no amarlo.


Si quería  tener un amante entregado y dedicado al menos un fin de semana al mes -o dos-,  tenía  que decidir "no enamorarse", tenía que "no volcar" en él sus afectos, sus mejores sentimientos, sus besos más mimosos, sus desvelos y arrumacos. Porque si lo amaba nunca podría ser capaz de compartirlo; no podría ser una amiga de roce sin más; sería incapaz de no decirle las verdades (que era un pelele en manos de sus hermanos, una marioneta que ignoraba -o que aceptaba- que lo era).

Si se enamoraba tendría que revelarle que su pueril deseo de no elegir no era más que una vía de escape para no enfrentarse a la verdad de que no podía decidir su existencia, orquestada por su familia y aceptada sin protesta por él desde la adolescencia. Tendría que decirle que todas las excusas que esgrimía escondían su incapacidad de gobierno, su imposibilidad de rebelarse, su cobardía.

Por eso -y para no perder un amante apasionado, aunque sin ambición de perfeccionarse-  tuvo que elegir no enamorarse. Aunque él -pobre inocente-  creyó que ella era la enamorada ideal: generosa, comprensiva, desinteresada y fiel.

¡Pobres diablos que creen que la mujer que soporta y aguanta estas tiranías es la que más los quiere, cuando son -somos- las que ya hemos renunciado a amarlos!
Uol

sábado, 9 de mayo de 2015

Tatuaje



Tatuaxe

Non quero que me digas para sempre.
Non quero ser nunca tinta imborrable.
Non quero converterme en cicatriz.
Só quero os nosos nomes sobre a area.
Algo que os una ata a seguinte onda.

Carlos Negro: Penúltimas tendencias. Ed. Xerais. 2014

Traducción al español, por Uol Free

Tatuaje

No quiero que me digas para siempre.
No quiero ser nunca tinta imborrable.
No quiero convertirme en cicatriz.
Sólo quiero nuestros nombres sobre la arena.
Algo que los una hasta la siguiente ola.

lunes, 4 de mayo de 2015

Maratón (sexual)




Nos metimos en la cama sin cenar un viernes a las nueve de la noche y, salvo las pertinentes visitas al baño y unas urgentes -y bastantes breves, todo hay que decirlo- a la cocina para hidratarnos y reponer fuerzas, no salimos de ella hasta el domingo a las tres de la tarde. Un maratón sexual. No quiero ni pensar el tiempo que hacía que no me sucedía tal cosa. Y no es que la cantidad supla a la calidad, pero, ay, si se conjugan ambas es para echar fuegos y tañer campanas. Y así fue.

A mí tanto arrebato sexual me afloja, entre otros pistones, los del corazón, y me pongo particularmente melosa, mimosa, excitada y con ganas de más. Me retroalimenta. El sexo pide sexo. ¿No estás cansada? No, los orgasmos me activan, me erotizan, me provocan el deseo de querer sentir eso otra vez, una vez más, otra más. Acabas conmigo, me matas, dijo.  No lo vi en modo de rendición ni estaba yo dispuesta a boicotear mi pieza. Bebe un zumo, tiene muchas vitaminas. Joder con la niña, ¿de dónde sacas tanta energía? De ti, claro.  El sexo activa partes de mi cerebro que segregan sin parar sustancias adictivas.


Es lo único malo de tanto sexo, que también segrego sustancias parecidas a la oxitocina que las parturientas excretan -la naturaleza así lo dispone por si falla la razón- para amar a sus crías. Después de ese maratón sexual, yo lo miraba como al osito de Mimosín, era mi sátiro y era mi cachorro. Alto, alto, Lou, aquí todo es pasión, stop a las miradas lánguidas, a las caricias con las yemas de tus dedos por su fibrosa espalda; alto, no sigas acariciando en la penumbra de la noche sus caderas, la curva de sus nalgas con la palma de tus manos. ¿Y si no duerme y te siente? Stop, no pases el ápice de tu lengua por su cuello, no hundas tus dedos entre sus rizos, no busques su sexo laxo y dormido, no te pongas tierna, es la oxitocina.  

¡Ay, ya es tarde!, como una riada, esa droga se desbordó desde la hipófisis y circula desbocada por mi torrente sanguíneo. ¡Alto, stop, date la vuelta, duerme!, estás a un paso de caer en la trampa, no eres tú, no es lo que quieres, es la droga del sexo; si sigues acariciándolo con esa ternura caerás en la celada del enamoramiento, el lazo asfixiante del amor. Frena, es un trampantojo. Lo deseas, estás desbordada, anegada de neuropéptidos hasta las trancas, es un aluvión; nada que digas ahora es real, cose tus labios, sella tu boca, ni se te ocurra decirlo, ni siquiera en la certeza de que él duerme, calla. Después de tan formidable maratón sexual no la cagues ahora forzando un control antidoping. Lou, calla, súbete encima y cabálgalo de nuevo. No te torpedees a ti misma. ¡Tú lo que quieres es seguir participando en estos extenuantes maratones, así que fóllalo y no la jodas!


Uol